26 Domingo del Tiempo Ordinario. Las lecturas de hoy nos muestran el gran peligro que conlleva el egoísmo: la destrucción del elemento más importante de la creación de Dios, el ser humano. Jesús advierte de que la consecuencia de nuestro egoísmo repercute directamente en nosotros ya que nos priva de lo que verdaderamente puede hacernos plenamente felices: el compartir lo que tenemos y lo que somos por puro amor.
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