viernes, marzo 01, 2013

Una experiencia de Amor

Misión en Charlevoix, una experiencia de amor, apareció publicado en la revista francesa Fraternité para dar a conocer la misión que compartimos en la Iglesia de Québec. Un deseo que se planteó como posibilidad en 2005 y se materializó en julio del 2011. Joel, Emerson y Juan Tomás nos informan.

Somos tres Misioneros del Sagrado Corazón, de la República  Dominicana y de Haití. Después de 75 años de presencia de la Congregación en el Caribe, la Provincia Dominicana, que fue une misión de la Provincia Canadiense, ha visto la necesidad de compartir su fe y su misión en tierra canadiense. El padre Provincial canadiense, hablo de esta posibilidad en el 2005, en ocasión del Capítulo General de la Congregación en  Roma. El primero julio del 2011, esta idea se materializó con  nuestra llegada à Québec. El  cinco de agosto del 2011, los parroquianos et parroquianas de esta bella región de Charlevoix-Este nos brindaron una muy buena acogida. Esta fue realmente una acogida calurosa.
La llegada de Misioneros de Sagrado Corazón de la Provincia Dominicana a tierra canadiense se realiza en un espíritu misionero de colaboración. No se trata de reemplazar los sacerdotes que trabajan acá, ni de llenar un vacío causado por la falta de sacerdotes que se hace sentir, más y más fuertemente en Québec, aunque nuestra presencia aporta una ayuda en ese sentido. Pero lo esencial de nuestra presencia  es testimoniar que la Iglesia es Universal en virtud del amor del Cristo que debe ser conocido y amado en todas partes. Vinimos a estas tierras canadienses para agradecer a esta Iglesia que nos ha enviado tantos misioneros para República Dominicana, Vinimos a compartir nuestra experiencia de fe, nuestra visión eclesial y para caminar juntos hacia una real adhesión a Jesucristo.
Ser misioneros es nuestra vocación. A esto hemos sido llamados por Dios. Con san Pablo nosotros decimos: “anunciar el Evangelio no es para mí un título de gloria; es una necesidad que me incumbe. Ay de mi si yo no anunciara el Evangelio” 1Cor 9,16. Sabemos que la partida del misionero no es nada fácil, ya que hay que dejar su familia, sus amigos, su país, su lengua y su cultura. El misionero debe adaptarse a una nueva vida, a una nueva cultura y sobre todo a una nueva manera de vivir la fe. 
En toda experiencia humana, la novedad despierta inquietudes y actitudes. Algunas que nos disponen para la inserción en la nueva realidad, a pesar del esfuerzo que esto exige. Pero hay otras inquietudes que nos hacen resistir a todo lo nuevo que encontramos, a todo lo que exige cambios en nuestra manera de ser y ver la nueva cultura encontrada. Para algunos, nuestra presencia en Charlevoix es portadora de esperanza pues así las iglesias no cerrarán sus puestas enseguida. Así podrán tener los servicios durante un período más largo. Para otros es necesario que haya esta presencia de nuevos misioneros extranjeros, pues es el fruto de los esfuerzos misioneros de la Iglesia quebequense, a lo largo del siglo XX en los países del Sur, incluyendo sus  esfuerzos a través de sus contribuciones económicas para sostener la labor difícil de los misioneros, de ahí que muchos externen un sentimiento de satisfacción.
Nosotros vivimos en una región calurosa, de un paisaje pintoresco y una población acogedora, que hacen de ésta misión un lugar privilegiado. La práctica religiosa no es muy fuerte, al menos, alrededor de un 10%  de una población de 16,500 habitantes. La Unidad pastoral de Charlevoix Este que nosotros servimos, comprende diez comunidades parroquiales que van a ser reducidas a una gran parroquia, de aquí al 2020, en el cuadro de una reorganización pastoral que la diócesis tiene en marcha desde el año pasado. El territorio de esta parroquia comprenderá 100 kilómetros de largo y más o menos 20 o 25 de ancho, lo que hace que se esté mucho tiempo en carretera, yendo de una comunidad a otra. Esta está organizada en tres sectores: La Malbaie (3 comunidades), Clermont (4 comunidades) y Saint Simeón (3 comunidades).   
A partir de nuestra identidad como Misioneros del sagrado Corazón, nosotros priorisamos un trabajo de aproximación a la gente para compartir su realidad y sus esperanzas. Estamos proponiendo actividades comunitarias que favorezcan esta comunión entre nosotros, un trabajo que intenta favorecer la participación de las personas de las comunidades. Tratamos de mostrar un espíritu de apertura y de acogida para dar a conocer nuestra espiritualidad y nuestro carisma. Intentamos llevar una vida modesta para poder testimoniar nuestra vida religiosa.
Nuestra misión en Charlevoix Este, es realmente una experiencia de amor. Ella nos permite encontrar a Cristo en una sociedad marcada por el individualismo y el materialismo. Esta misión nos permite crecer en medio de nuestras debilidades y nuestras diferencias con respecto a los otros (mentalidad, lenguaje, acercamientos). Nos permite también, aprender una nueva manera de ser misioneros entre la gente del Norte. Nos permite ver nuestra pobreza como una riqueza y nuestras diversidades como una fuente de comunión.
Joël Depré msc
Emerson de León msc    
Juan Tomas García msc

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CONSAGRACIÓN AL CORAZÓN DE JESÚS
Te saludamos, Corazón admirable de Jesús.
Te alabamos, te glorificamos, te damos gracias,
Te ofrecemos nuestro corazón, te lo entregamos y consagramos.
Recíbelo y poséelo entero, puríficalo, ilumínalo y santifícalo,
A fin de que vivas y reines en él, eternamente,
Por los siglos de los siglos. Amén
."
Misioneros del Sagrado Corazón, MSC.
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