Concluimos el
Novenario a Nuestra Señora del Sagrado Corazón hoy viernes 26 de mayo. Mañana
sábado 27, celebraremos su gran Fiesta, ella que en su propia humildad reconoce
la revelación de la misericordia de Dios y representa así a los pobres de Yahvé
en el transcurso de la historia.
La lectura del
Magníficat nos dice que Dios está entre los pobres, los pequeños y los
marginados. María proclama la cercanía de Dios. Con el título de Nuestra Señora
del Sagrado Corazón queda plasmada esa cercanía y ternura entre la madre y su
hijo.
El
P. Julio Chevalier, fundador de nuestra familia misionera, a la vez que
profundizaba en su relación con Dios y en la espiritualidad del Corazón, iba
descubriendo gradualmente el lugar de María en su vida.
A
los comienzos de la fundación, él y su compañero el P. Maugenest, se refugiaron
en María: “Esto es asunto tuyo y depende de ti sacarlo adelante; quédate con
nosotros hasta el final y demuestra que tú eres la verdadera fundadora de esta
obra”, oraban. Eso ocurría a mediados del siglo XIX.
Hoy nosotros
seguimos convencidos de María, que nos conduce a las fuentes de la salvación,
que nos acompaña en la maduración como cristianos y nos anima para la misión.
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