Origen de este título
El Padre Julio Chevalier y
el P. Emile Maugenest pusieron desde el principio en manos de la Virgen el
nacimiento de la Congregación Misionera con la que soñaban.
Así, hicieron una novena que concluía el 8 de Diciembre de 1854 pidiéndole a la Virgen que les ayudara a vencer las dificultades, en este caso eran económicas, que les permitiera obtener el beneplácito del Obispo para iniciar la fundación. Efectivamente el 8 de diciembre esa ayuda de la Virgen se hizo presente a través de un donativo. Pero el obispo pedía más: que se asegurase una renta para la vida de los posibles religiosos misioneros. Y es entonces, en enero de 1885 cuando hacen un pacto con la Virgen, y además lo escriben y lo ponen firmado a los pies de su imagen la Parroquia de Issoudun, y en él se comprometen a “honrar a la Virgen con un título especial” si vuelve a ayudarlos.
Así, hicieron una novena que concluía el 8 de Diciembre de 1854 pidiéndole a la Virgen que les ayudara a vencer las dificultades, en este caso eran económicas, que les permitiera obtener el beneplácito del Obispo para iniciar la fundación. Efectivamente el 8 de diciembre esa ayuda de la Virgen se hizo presente a través de un donativo. Pero el obispo pedía más: que se asegurase una renta para la vida de los posibles religiosos misioneros. Y es entonces, en enero de 1885 cuando hacen un pacto con la Virgen, y además lo escriben y lo ponen firmado a los pies de su imagen la Parroquia de Issoudun, y en él se comprometen a “honrar a la Virgen con un título especial” si vuelve a ayudarlos.
Y la nueva señal de la
ayuda de la Virgen llegó. Un día de 1857, cuando se empezaba a construir la
Basílica de Issoudun en la cual habría una capilla dedicada a la Virgen, el P.
Chevalier dice a sus compañeros durante el descanso después de la comida: “La honraremos con el título de Nuestra Señora del Sagrado
Corazón”. Y así nace esta invocación de la Virgen que tanto auge
cogió en poco tiempo y bajo cuyo título la Virgen es honrada en todo el mundo.
Lo que expresa este título
El hermoso título de
NUESTRA SEÑORA DEL SAGRADO CORAZÓN, dado a María por el P. Julio Chevalier, es
una auténtica inspiración de lo alto. No se trata de una devoción a María
centrada en un lugar concreto o en una característica determinada, sino que
tiene un fondo eminentemente teológico, ya que nos habla de las relaciones
entre María y el Corazón Sagrado de su Hijo. En palabras del P. Chevalier,
"Al pronunciar este nombre, agradecemos y glorificamos a Dios,
porque ha escogido a María entre todas las criaturas para formar en su seno
virginal el Corazón adorable de Jesús. Reconocemos mediante este título
especial, resumen en cierto modo de los demás títulos de María, el inefable
poder que el dulcísimo Salvador le ha concedido sobre su Corazón adorable. Suplicamos
a esta compasiva Madre que nos conduzca al Corazón de su Hijo; que nos revele
los misterios de misericordia y de amor que encierra; que nos abra los tesoros
de gracias de que es origen, y que las derrame a manos llenas sobre cuantos la
invocan o se recomiendan a su poderosa protección. En fin, como el poder de
María sobrepasa cuanto nuestra débil razón puede concebir, y Jesús escucha
siempre las humildes súplicas y ruegos de su Madre, le confiaremos el éxito de
las causas difíciles y desesperadas, lo mismo en el orden espiritual que en el
temporal”.
Dos rasgos sobresalen en
estas palabras del P. Chevalier: la denominación de Nuestra Señora del Sagrado
Corazón indica a Aquélla que ha sido bendita entre todas las mujeres por el
Corazón del Dios amante y la señala como Madre de los hombres y cuyo único
deseo es llevarles al Corazón de su Hijo.
Esa relación se presenta
así: María, de pie, tiene en sus brazos a su Hijo, sosteniendo su Corazón.
Jesús señala con una de sus manos su Corazón, y con la otra nos refiere a su
Madre.
La representación de la
íntima relación entre ambos no puede ser más perfecta: a Mí por medio de Ella,
que "late" en mi Corazón.
Debido a las
características de la imagen, podría decirse que es la imagen de María más
"inculturizada" que hay. Es por ello que no hablamos de un modelo de
imagen único, sino que en cada cultura lo expresan a su manera, salvando -eso
sí- lo esencial de lo que implica el título de Nuestra Señora del Sagrado
Corazón: el poder de María sobre el Corazón de su divino Hijo. Ello es lo que
convierte a María en la más poderosa intercesora. Y por ello se le denomina
también como "Abogada de las causas difíciles y desesperadas".
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por visitar nuestra página. Puedes firmar tu comentario y debajo, escoger la opción anónimo si no tienes cuenta en google...