Al regresar de su experiencia misionera en la provincia de Centroamérica, el padre Rolando Galván ofreció por escrito algunas reflexiones que nos ayudarían para revitalizar la vida pastoral. Hoy hablamos de "conversión pastoral". Él nos entregó una interesante reflexión que permanecía en archivos. Proponemos una lectura atenta.
Los Misioneros del Sagrado Corazón de Jesús sabemos que
nuestro Carisma y nuestra Espiritualidad, tienen una gran riqueza que
facilita su aplicación a las diversas realidades concretas del mundo de hoy.
Por tanto, es necesario que aprovechemos este gran potencial para servir mejor
y dinamizar nuestra misión. En muchas ocasiones, desde las distintas instancias
de nuestra congregación se nos ha invitado a que seamos creativos desde nuestro
Carisma y Espiritualidad, y que seamos capaces de implementar prácticas
pastorales inspiradas en esas enseñanzas.
En el número 42 del XXV Capítulo General de nuestra congregación,
se nos habla ampliamente de esta realidad. Nos alegra saber que en muchos
países donde estamos presentes, ya se están implementando acciones que ponen de
manifiesto, la necesidad de una diversificación
de nuestros ministerios. En algunas provincias ya se han puesto en marcha
programas de formación en el acompañamiento espiritual, ofreciendo
retiros de sanación de la vida a personas o grupos, y también facilitando estos
programas de formación espiritual al personal de los colegios que hemos
fundados.
Por otro lado, movidos por la crisis global de la emigración,
algunos se están ejercitando en la atención solidaria y personalizada a
inmigrantes y refugiados. Otras provincias están preparando compañeros para
el ministerio de capellanías de hospitales, cárceles, universidades, etc. Otras
han optado por los ministerios sociales, con niños discapacitados,
huérfanos, acompañamiento a jóvenes con problemas, etc. Todo esto expresa una
clara opción de poner en marcha lo expresado en el último capítulo general, con
respecto a la diversificación de nuestros ministerios.
Sin duda, en nuestra Provincia Dominicana MSC hace mucho
tiempo que se está haciendo el esfuerzo de poner en práctica estas iniciativas
de diversificación de nuestra pastoral. Concretamente tenemos obras que quieren
responder a ese gran desafío, por ejemplo, la Casa Universitaria Montesinos
(CUM), Imprenta Amigo del Hogar, Monte de Oración, Monumento viviente, Centro
Vocacional, entre otras. Sin embargo, debemos reconocer que, a muchos de
nosotros estos lugares de misión no les resultan atractivos; porque estamos más
familiarizados con el trabajo parroquial, dirigido concretamente a la
celebración de sacramentos, específicamente la celebración de la Misa.
Los Misioneros del Sagrado Corazón de Jesús, somos primero
MSC y somos hijos de Julio Chevalier para servir a la Iglesia en el mundo.
Nuestro ministerio sacerdotal ofrece también otras posibilidades más de
servicio a la Iglesia en el mundo.
De manera que, como misioneros, debemos estar en la
disposición de servir en cualquier ambiente haciendo presente nuestro
Carisma y Espiritualidad. En varios encuentros hemos escuchado la expresión,
“nos estamos parroquializando”, es decir, estamos asumiendo un estilo de misión
que se reduce al trabajo parroquial.
Tenemos el gran desafío de seguir buscando espacios, lugares donde podamos continuar haciendo
realidad nuestro Carisma y Misión MSC de una manera más dinámica y creativa,
teniendo en cuenta que hay que formar un personal especializado para ejercer
estos servicios. Podríamos pensar en la posibilidad de acompañar a grupos
ecologistas, organismos que trabajen con personas afectadas por los vicios,
instituciones que se dediquen al trabajo con familias desintegradas o
desestructuradas, ancianos y niños abandonados. También podríamos aportar en el
área de la formación de líderes comunitarios y agentes de pastoral, formando un
equipo que facilite materiales y talleres de formación en esta dirección, etc.
Nos consta que algunos compañeros han sido protagonistas
de proyectos sociales en algunas parroquias, pero estas obras han sido
delegadas a la administración de grupos laicales y/o de congregaciones
religiosas femeninas. Estos compañeros son dignos de reconocimiento por estas
iniciativas que responden a una pastoral diversificada.
A nuestros formandos hay que seguirle insistiendo en la idea que no nos formamos
solamente para trabajar en un área específica de la pastoral, sino que estamos
llamados a anunciar el amor de Dios revelado en el Corazón de Jesús, en todos los
lugares y ambientes de la sociedad.
Presentar nuestra misión con estas características, puede ser
un atractivo vocacional para los jóvenes de hoy. Nuestra congregación se
convertirá para ellos en un lugar donde puedan ir canalizando el deseo de
servir a sus hermanos de diferentes maneras, buscando la unidad en la
diversidad.
Que estas ideas nos ayuden a inquietarnos y despertar el
deseo de revitalizar nuestro compromiso misionero, con el fin de ser más
significativos en los lugares donde estamos presentes. Todos tenemos el sagrado
deber de hacer un esfuerzo significativo para mantener vivo este legado que nos
ha dejado nuestro fundador Julio Chevalier, que es el Carisma, la
Espiritualidad y la Misión de nuestra congregación.
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